sábado, octubre 01, 2005

tantas palabras


Cada cual viene acá con su propia mochila. A poco más de un mes de conocernos ya vamos mostrando las caras... o mejor dicho lo que cada cual quiere mostrar de sí mismo y de sus países. Ayer conversábamos de eso con Yenia, la colega de Paraguay que llegó justo después de haber editado un disco en su país. Me decía que luego de eso le había cambiado la vida... y luego soltó una carcajada agregando "bueno, qué tanto, yo estoy acá y mi disco está en mi pieza". Pero es bueno, las canciones son de ella y algunas están en guaraní. Ha hecho de todo, y al igual que yo, tampoco tiene trabajo para cuando vuelva.
Otros son casi famosos, como Nino, la chica de Georgia que es lectora de noticias. También Erin, de Canadá, que trabaja para la CBC (Canadian Broadcasting Corporation), o Natalya, que sale en la tele de Ukrania para cubrir noticias internacionales, y sólo tiene 22 años. Estamos juntas en los seminarios de discusión. El último de trató sobre la "necesidad de un código global de ética periodística". Las comillas anuncian mi cinismo al respecto. Casi nadie estaba de acuerdo con la utilidad de hacer algo así, pero por razones bien diferentes. Nino, por ejemplo, alegaba que en Georgia algo así sería rápidamente usado por el gobierno para implantar la censura con más herramientas. Farid, el colega de Indonesia, recordaba que todos esos intentos han fracasado, y Erin decía que no porque las cosas no se pusieran el práctica no debieran al menos existir, poniendo por ejemplo la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ante el espanto del profesor, que se gana la vida escribiendo al respecto, yo opinaba que tal entelequia es hasta contraproducente. Las palabras que usa la ética (democracia, libertad, bien, mal y hasta dios) están TAN manoseadas por occidente y significan TANTAS cosas diferentes según cada cultura que más vale dejarlas en paz. Han sido los propios medios los que han ayudado a vaciar de contenido esos conceptos, transformándolos en dogmas del discurso dominante. Desde que el imperialismo existe en la forma que lo conocemos, se ha servido de "buenas intenciones" para asaltar otros pueblos. ¿O es que a Bush le interesa la "democracia" en Irak?. Las palabras no me sirven. Los códigos son inútiles y salen caros, sumando pasajes de avión y estadías en hoteles cinco estrellas de diplomáticos que no representan a nadie, o dueños de medios que sólo quieren ganar dinero.
"Vida". Esa es otra palabra que le encanta a los que hablan de cómo los medios pueden favorecer el respeto a los derechos humanos con un comportamiento ético. Vean la foto. Es de un connotado fotógrafo, se llama Kevin Carter. Es una niñita en Sudán, muriendo de hambre y acosada por un ave rapaz. Carter se hizo aún más famoso con esta imagen, con la cual ganó el premio Pulitzer , en 1994. Su foto recorrió el mundo. La niñita estaba a un par de kilómetros de una de las estaciones de ayuda humanitaria, pero Carter no atinó a nada. No la recogió, la dejó ahí. Y pocos meses después de recibir el premio se suicidó.
¿Qué le faltó a Carter? ¿Un código de ética tal vez? A la niña le faltaba algo harto más simple e indispensable. Qué lejos están las palabras de lo que realmente importa…

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

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5:58 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

6:03 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

QUE ONDA LOS COMENTARIOS WEONES??!!!

Esta demasiado bueno tu blog como para estas mierdas, no lo puedes cerrar para que entren solo tus amiguitos???

Yo tengo un sitio relacionado... JAJAJA. Bien freak.

Bueno, sigo leyendo, hasta ahora disfrutando mucho los detalles que por chat se pierden :D

3:57 a. m.  

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